40 años del accidente más mortífero de la historia de la aviación: el día que dos Boeing 747 colisionaron en una pista de un aeropuerto de Canarias| Blog del columnista
El 27 de marzo de 1977 se juntó toda la mala suerte del mundo en un mismo punto: el aeropuerto de los Rodeos en Tenerife. La mayor tragedia de la historia de la aviación iba a tener lugar poco después de las 17 horas local. Nunca, ni antes ni después, ha vuelto a suceder un accidente parecido.
Durante mucho tiempo, y debido al alcance de la catástrofe, las investigaciones no acababan de ponerse de acuerdo. Para que una historia así no volviera a repetirse hacía falta saber con todo lujo de detalles cómo fue posible que la joya de la aviación comercial, el hasta entonces modélico Boeing 747, podía haber colisionado con otro.
Lo que hacía particularmente insólito al terrible suceso fue el sorprendente conjunto de ironías y coincidencias que lo precedieron. De hecho, la mayoría de los accidentes de avión no se deben a un solo error o fallo, sino a una cadena de errores y fallos improbables, junto con algo de mala suerte.
En los Rodeos el cúmulo de errores fatales llegó casi al absurdo.
Una bomba y dos desvíos
El Pan American del accidente. Wikimedia Commons
Todo comenzó la mañana de un domingo hace 40 años. En 1977, y con solo 8 años de servicio, el Boeing 747 ya era el avión comercial más grande, el más influyente, y posiblemente el más glamoroso jamás construido. Por todo ello, era difícil imaginar cómo iba a terminar el 27 de marzo, ni en el guión más macabro de Hollywood se podía pensar en una colisión entre dos de estos colosos.
Por un lado estaba el 747 de Pan Am, el cual llegaba de Los Ángeles después de una escala en Nueva York. Por el otro, el Boeing de KLM que volaba desde Amsterdam. Curiosamente, ninguno de los vuelos estaba destinado a aterrizar en Tenerife aquel día. Ambos estaban programados para hacerlo en la isla vecina de Gran Canaria, espacio donde muchos de los pasajeros tenían plaza en algunos cruceros.
El KLM del accidente. Wikimedia Commons
Sin embargo, una bomba cambió el destino de los aviones. El denominado como Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) colocó una bomba en el aeropuerto de Gran Canaria que explotó sobre las 13:15. Tras la explosión, una segunda amenaza de bomba provocó que las autoridades cerraran el Aeropuerto de Gran Canaria por unas horas. Los dos 747 fueron desviados a Los Rodeos junto con otros vuelos, llegando alrededor de las 14 horas local.
El avión de Pan Am era una aeronave distinguida. En enero de 1970 completó el primer viaje comercial de un 747 con la ruta Nueva York-Londres. Por su parte, el 747 de KLM se llamaba Rin, y hasta ese momento pertenecía a una de las aerolíneas más antiguas del mundo, fundada en 1919 y reconocida por su seguridad y puntualidad.

anuncio de KLM con Zanten. Wikimedia Commons
El capitán del KLM, Jacob Van Zanten, era uno de los mejores pilotos de la aerolínea y toda una celebridad. Si los pasajeros lo reconocían era porque su rostro fue la imagen de los anuncios de la revista de la compañía. De hecho, cuando los ejecutivos de KLM se enteraron por primera vez del accidente, lo primero que hicieron fue tratar de contactar con Van Zanten con la esperanza de enviarlo a Tenerife para ayudar al equipo de investigación.
En cuanto al lugar de los hechos, los Rodeos, se trataba un aeropuerto muy pequeño, probablemente superado por aquel fatídico día donde se vio inmerso en una congestión aérea que jamás había vivido.
Hora del despegue
Los Rodeos el día del accidente. AP
Ambos 747 estaban repostando uno al lado del otro en la esquina sureste del aeropuerto, con las puntas de las alas casi tocándose. Finalmente, alrededor de las cuatro, Las Palmas comienza a aceptar tráfico nuevamente. El Pan Am está listo para partir, pero la falta de espacio y el ángulo en el que se enfrentan los aviones requiere que el KLM comience a rodar primero.
El clima no era malo hasta justo antes del accidente, y si no fuera porque el avión de KLM estaba solicitando combustible adicional en el último momento, ambos habrían partido más pronto. Durante el retraso, una gruesa capa de niebla comenzó a precipitarse desde las colinas envolviendo el aeropuerto. Además, el combustible también significaba un peso extra, uno que afecta a la rapidez con que el 747 puede volar. Nadie lo podía prever en ese momento, pero iba a resultar letal.
Los Rodeos el día del accidente. AP
Debido a la congestión que existía, la ruta normal a la pista 30 estaba bloqueada. Los aviones tenían que dar un rodeo, y al llegar al final, dar un giro de 180 grados antes de despegar en la dirección opuesta. En Tenerife ocurrió algo poco frecuente: colocaron dos 747 en la misma pista al mismo tiempo, invisibles no solo entre sí, sino también a la torre de control. El aeropuerto no tenía radar de rastreo terrestre.
Así, la situación era más o menos la siguiente: el KLM se dirigía a la pista en primer lugar, con el Pan Am retrasado varios cientos de metros detrás. El Capitán Van Zanten se dirigió al final, se dio la vuelta, y se mantuvo en posición hasta que se autorizó el despegue. Las instrucciones del Pan Am eran girar a lo largo de una calle de rodaje del lado izquierdo para permitir la salida del otro avión. Una vez fuera de la pista con seguridad, el Pan Am informaría a la torre.
Esquema del recorrido de los dos aviones. Wikimedia

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